Episodio 3: Semana 5: Dolor x Resistencia = Sufrimiento

00:00:00 - La pregunta es, ¿cómo continuamos a habitar y relacionarnos con nuestro cuerpo?

00:00:07 - Especialmente cuando hay algo desagradable, cuando hay dolor y cuando todo en nosotros está diciendo, no quiero estar aquí, hay una ecuación que es muy útil cuando exploramos esto, esta es, dolor por resistencia es igual a sufrimiento, esto es lo que sucede cuando tenemos dolor. Hay una señal que indica que algo está mal y luego empieza a difundirse de manera que no es solo el dolor, sino que hay resistencia a lo que está allí y entonces nos encerramos en el sufrimiento. Hace unos días estaba nadando, nado regularmente, y se distendió o se dislocó algo detrás de mi rodilla. Mis principales dos formas ejercicios son el senderismo y la natación. Y bueno, era un dolor mediano y lo podía sentir cuando daba pasos y así estaba en mi conciencia. Pero no fue lo desagradable del dolor que me hacía empezar a resistirlo, sino hacia dónde fue mi mente. Uy, Dios, no voy a poder nadar, no voy a poder hacer mis caminatas, todas mis técnicas, mis antidepresivos de este mundo se fueron. Me voy a ir el cuesta abajo. Además, cuánto tiempo va a durar esta distensión?

00:01:40 - ¿Qué tengo que hacer? ¿Debería estar caminando? Entiendes la idea ¿no? Ahí es cuando empezamos encerrarnos, no es sólo el dolor físico, es lo que nuestra mente hace con él, así como el dolor por resistencia igual a sufrimiento, dolor por presencia es igual a libertad y veamos cómo podemos hacer que esto suceda. El primer paso es cuando te das cuenta de que hay dolor en tu cuerpo, solo interesadamente empiezas a introspeccionar.

00:02:22 - Bien, ¿cómo me estoy resistiendo? ¿Cuál es la resistencia? Y lo que probablemente encontrarás, si miras muy de cerca, es que donde está la molestia hay una tensión en contra de ésta y hay como un intento de rechazarla. También te darás cuenta de que a tu mente no le gusta y que hay pensamientos sobre esta que están tratando de eliminarla. Así que empezarás a darte cuenta de las diferentes capas. Lleva eso sobre la línea, es decir, hemos hablado de un círculo con una línea que lo atraviesa en la mitad y que lo que está debajo de la línea es donde no tienes conciencia y lo que está sobre la línea es tu conciencia. Lleva la resistencia sobre la línea, porque si está debajo de la línea, la contracción terminará creando más sufrimiento.

00:03:23 - Esa es la parte 1. La segunda es dejar la palabra dolor y sólo siente lo que está allí, las sensaciones cambiantes y hasta puede ser que esté sentado aquí en este momento sintiendo tu cuerpo y tal vez hay un área allí que tenga alguna molestia que duele la práctica es de cambiar un concepto fijo de dolor a bueno estas son sensaciones en movimiento y poner interés para ver si puedes sentirlas igual como en la práctica de la meditación de adentro hacia afuera, puedes sentir donde está tu centro, puedes sentir el espacio que ocupan, puedes notar cómo están cambiando, tal vez hasta ahí palabras como remolino, aprieto, dolor, presión, ardor, frescura, solo ve si puedes es notar muchas cosas de ellas y empieza a descubrir cuando pones atención de esa manera esta especie de presencia dinámica, este espacio donde puedes habitar y que no está atrapado en el dolor, no estás reaccionando en contra de él, tú te conviertes en el espacio de la presencia. Hay un cambio real en tu identidad. El truco fundamental es de saber que las sensaciones desagradables pertenecen ahí. En esta vida son inevitables. Se dice, el dolor es inevitable.

00:05:12 - El sufrimiento es opcional. Sabemos que es inevitable tener molestias.

les voy a contar sobre una mujer que fue una de los grandes ejemplos para trabajar con las sensaciones desagrables en el cuerpo. Cuando yo la conocí tenía como 20 años más que yo y había sido bailarina, pero entre una herida que tuvo y la artritis en hombros y rodillas no sólo había dejado de bailar sino que cada vez hacía menos, menos ejercicio, menos cosas y subía más y más de peso y ahora se volvió avergonzada de su cuerpo, aversiva y cuando había dolor ahí había como un quejido, estoy cada vez peor decía y como rechazándole. Entonces hablamos sobre lo que realmente significa reavitar tu cuerpo. Este no era un panorama agradable. Digo esto porque cualquier atención a su cuerpo la ponía en contacto con el odio a su cuerpo, realmente. De manera que el trabajo de práctica era notar las capas de resistencia. No me gusta mi cuerpo, no confío en mi cuerpo, me siento traicionada por mi cuerpo, cuando el dolor aparece y solo va a empeorar de estar tritis y todos los pensamientos y todas las maneras en que se tensaba en su contra y lo rechazaba. Y su práctica se volvió en una forma de deshacerse de la resistencia y solo decir, está bien, esto pertenece ahí. En otras palabras, cualquier oleaje que haya estado ahí, las olas de su mente, las olas de su cuerpo, las molestias, esto pertenece, el poder que hay en decir esto pertenece ahí, es que siempre que lo dices se abre un espacio para lo que está allí y cuando se convierte en nuestra respuesta continua y sabia hay más y más una sensación de descansar en el espacio donde se puede incluir lo que está sucediendo. Así, ella siguió diciendo esto pertenece ahí y moviéndose del dolor, la artritis y de la narrativa a sólo notar sensaciones. Está bien, quemación, opresión, pulsación, aprieto y a notar cómo cambian y a a suavizar a su alrededor. Esa es realmente una de las cosas poderosas que puedes hacer cuando hay molestias, suavizar a su alrededor con un sentido de espacio alrededor de la molestia y así ella empezó a recuperar la habilidad de ser capaz de habitar su cuerpo, diferentes partes de su cuerpo. Ella comenzó donde era más fácil, sus pies. Sus pies no dolían, ella podía solamente sentir y tú podrías sentirlo en este momento de nuevo, puedes llevar tu conciencia adentro de los pies y evitar los pies y aunque ella tenía un poco de artritis en sus manos, ella pudo evitar sus manos y luego empezar a ampliar su conciencia a través de su cuerpo. Y lo que comenzó a descubrir fue la sensación de esta presencia vital en su interior. Un sentido de vitalidad se volvió más dinámica y con una verdadera sensitividad a los flujos de energía y para adelantarles la historia, ella comenzó a enseñar baile a niños y después de un par de años básicamente me dijo al habitar mi cuerpo recuperé mi vida y mi espíritu. No importa que haya dolor, lo que importa es cómo lo trabajamos, cómo nos relacionamos con él.