Junio  7, 2022

Episodio 30: Política del país al revés. Una reflexión del deber-ser de la política.

La política se ha convertido en una lucha de poderes, de fake news, de bailes en TikTok , y de poca credibilidad. Se vota por el que se cree es el menos peor, o se vota en contra de algún candidato en particular. La pregunta es ¿Sabemos que propone cada candidato? ¿Existen garantías para la legitimidad de las elecciones? ¿Hay credibilidad en la política, en los candidatos y en los medios de comunicación y sus periodistas? Los invito a escuchar esta reflexión sobre la política de un país al revés. Ojalá podamos generar una conciencia de nuestro rol en la política.
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Episode cover: Política del país al revés. Una reflexión del deber-ser de la política.

Música: Camilo Monery

Hola, mi nombre es Andrés Novoa y esto es KWX Kuwoxati podcast

Les doy la bienvenida al episodio 30

Política del país al revés

Una reflexión del deber-ser de la política

Preludio

Estamos ad portas de unas nuevas elecciones en Colombia, y de lo único que podemos estar seguros es que esto parece la política del mundo al revés, donde las propuestas sucumben a los TikToks, donde los debates son un ataque constante entre personas, donde los electores terminan votando en contra de uno y no a favor de un contenido programático para el país. La reflexión al final de cuentas debería ser la forma en que como ciudadanos vemos la política, esto se ha convertido en una serie de venias en vez de una exigencia para tener condiciones mínimas de vida que permitan que las personas no tengan que pasar por tantos problemas mes a mes. Nos hemos acostumbrado a que son los mismos de siempre en las mismas de siempre los que se rifan al país y se roban el presupuesto de los impuestos que pagamos. No creo que el país soporte más a tantos personajes pusilánimes que suben al poder por un propósito personal y de enriquecimiento o búsqueda de poder, que un servicio público a la ciudadanía que los elige. Vamos entonces a hablar de la política del mundo al revés. Una reflexión del deber-ser de la política.

Puntos de fuga

Para iniciar con esta reflexión, me permitiré leer un fragmento del libro “El patas arriba, la escuela del mundo al revés” de Eduardo Galeano:

“Hace ciento treinta años, después de visitar el país de las maravillas, Alicia se metió en un espejo para descubrir el mundo al revés. Si Alicia renaciera en nuestros días, no necesitaría atravesar ningún espejo: le bastaría con asomarse a la ventana”

Es muy loco pensar en ese mundo al revés al que nos han llevado esas prácticas non sanctas en la política que se han naturalizado como si nada. Los políticos compran votos, y los ciudadanos venden su voto por un tamal, los electores se quejan de los políticos que los gobiernan, pero a la hora de votar salen elegidos los mismos, los organismos que deberían garantizar las elecciones sin corrupción, con cuentas claras y con presencia en todas las partes del país, hacen parte de un entramado de corrupción y clientelismo que no les permite tener independencia, ni respeto. Los jurados de votación en muchas oportunidades terminan cambiando las cifras a favor de uno u otro, y al final, las elecciones no tienen legitimidad, pero eso es lo que llamamos hoy normalidad.

Desde la perspectiva del manejo de los medios de comunicación, tenemos a periodistas cargados hacia un lado, que no informan sino solo lanzan contenidos editoriales que marcan una tendencia o un interés específico, no existe neutralidad, algunos periodistas en las mismas elecciones atacan a un candidato haciéndole una encerrona, mientras a otros políticos los ponen a que adivine el nombre de las canciones o el número de crocks de algún expresidente. Acá hacemos la reflexión de la verdadera responsabilidad de los medios de comunicación y el periodismo. En un mundo ideal, el del deber-ser, el periodismo cumple una función importantísima a la hora de informar y de hacer que la población pueda entender cuáles son los programas de gobierno que tiene cada uno de los candidatos y sus partidos, así como hacer denuncias basadas en datos y en cifras que permitan que la ciudadanía cuente con argumentos a la hora de tomar una decisión en las urnas. Pero acá en el país de la política al revés, lo que tenemos son periodistas vendidos, que no invitan al diálogo, al debate, al planteamiento de ideas que permitan comprender lo que quiere cada candidato, sino que están es al servicio de unos cuantos poderosos que definen su línea editorial y su forma de abordar la política. Por otro lado están los medios de comunicación, que deberían ser una plataforma informativa que permitiera a los ciudadanos conocer lo que tiene para ofrecer cada candidato. Al final son medios que lo único que hacen es venderse al mejor postor, o como por lo general sus dueños son los poderosos que siempre han estado por detrás del poder diciendo que hacer o cómo abordar el país, los medios terminan siendo una herramienta muy utilitaria para fines específicos.

Ahora hablemos de las campañas políticas, de los mensajes que se emiten y de la forma en que los candidatos están asumiendo su rol como personajes representativos de una colectividad. En primer lugar, los partidos y los políticos, se gastan una cantidad de millones en pagar por una campaña y por una imagen para tratar de transmitir mensajes que a veces ni siquiera los representan. Estas campañas son un washing de su imagen, tratan de imponer una identidad que no tienen apoyados por ejércitos de bots que tratan de convertir en tendencia un mensaje particular o una campaña particular, y por otro lado, inundar las redes de las famosísimas fake news, estrategias de la propaganda Nazi que aún sobreviven en forma de difundir un mensaje para los ciudadanos. “Qué vamos a volvernos como Venezuela” gritan desesperados algunos como si viviéramos en Suiza, “Qué nos van a expropiar nuestras casas, empresas, pensiones y sueldos” cómo si fuera constitucionalmente posible, “Qué van a acabar con la industria” como si los gobernantes que preceden a los candidatos fueran la más grande maravilla, y cualquier cantidad de mentiras que se repiten constantemente, y lo peor, que mucha gente termina repitiendo como loro, sin siquiera averiguar, sin siquiera ponerse a pensar, lo dicen simplemente porque lo escucharon, porque lo leyeron en un lugar sin fuente clara, y lo replican a través de sus redes sociales y a través de los grupos de WA. ¿Qué tanto daño le hace a la política aquello llamado “postverdad”? ¿Qué tanto daño le hace a la política las redes sociales? Menos bailecitos en TikTok para los candidatos y más propuestas para el electorado. En vez de empapelar las ciudades, en vez de llenar de mensajes incompletos las redes, en vez de fake news necesitamos candidatos reales, propuestas reales, personas que tengan una representatividad. Pero estamos en el país de la política al revés, donde se vota por no elegir a uno, donde las personas validan la violencia de los candidatos, la evasión de temas y conceptos solamente por el rumor generado en los medios de comunicación.

El deber-ser de la política

La política en el sentido más básico es la forma en que unas personas representan los intereses de una colectividad y los llevan a cabo para mejorar su calidad de vida. Es la forma en que se establecen las condiciones para que un grupo de personas, pueda vivir en condiciones dignas a partir de políticas que les garanticen los derechos. Así, la política ha sido absorbida de manera negativa en todos los sentidos, los políticos están solo siguiendo sus intereses personales, robando recursos, estableciendo sistemas para negocios personales y no para el bienestar de un país. Un político ideal debería estar preparado para su cargo, debería saber cómo funciona el estado y los procesos que tiene que tener, no puede ser que suba alguien y que los medios de comunicación terminen justificando desde el titular “un año de aprendizaje”, es el país el que está en juego y no se puede llegar a improvisar. Una política ideal para un país, debería abolir las campañas desorbitantes con presupuestos que después se recuperan por valor de un voto, los candidatos deberían tener espacios neutrales establecidos por las instituciones encargadas de la transparencia y el conteo de los votos, es decir, deberían existir debates abiertos por regiones donde los candidatos si o si deben asistir, con garantías para todos donde se puedan generar diálogos y debates en el sentido claro de la palabra, discutir el país y no atacar a las personas.

Igualmente, deberían generarse espacios en televisión abierta para todos los candidatos, donde puedan exponer sus propuestas de gobierno, donde se pueda evidenciar la manera en que ven el país, el qué quieren hacer y el cómo lo piensan desarrollar. Igualmente, en estos espacios, uno puede evaluar la capacidad de cada candidato, de saber comprender el contexto y las condiciones del país para establecer las propuestas. No podemos caer en el sofisma de que porque un candidato habla duro puede asumir cosas con desconocimiento del contexto.

La política debería estructurarse como esa posibilidad de construir para el ciudadano, y eso solo se hace desde el ejercicio propositivo de campaña y la neutralidad de medios de comunicación y la capacidad del electorado de no comer todo entero. Hay que hacer preguntas y cada candidato debe tener la capacidad de analizar qué es lo que está pasando con cada población, cuáles son las sensaciones que se tienen respecto a tópicos específicos, al final de cuentas son elegidos como funcionarios públicos o servidores públicos, que deben funcionar para el público y servir para el público, no escudarse en el poder para hacer lo que se les da la gana. La política debe dejar de ser una política de un país al revés, debe afrontar los desafíos que tenga la población, debe adaptarse a las transformaciones y necesidades globales, debe saber mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y por supuesto, debe discutir los temas que son importantes para cada población, no los que les conviene a quienes están en el poder.

Reflexiones finales.

Hay que informarnos. No comer entero. No dejarnos llevar por el bailecito en TikTok o los rumores que se dan en redes sociales. Somos más que eso. Somos quienes elegimos y tenemos la capacidad de entender propuestas y de exigir a nuestros gobernantes.

Ejerza el derecho al voto. Vote por quien quiera, pero infórmese bien. No crea en verdades a medias. No elija por el descarte de otro por lo que otros dicen. Sea inteligente, tenga a mano todas las herramientas para informarse bien.

Exijamos también a los medios de comunicación y a los periodistas. Ellos tienen una gran responsabilidad en cuanto a la desinformación que tenemos y al planteamiento de tendencias que hacen que las personas terminen tomando decisiones por información que no es neutral. Y entonces, ¿cuál es la responsabilidad del periodismo en la política?

No piense que la política es un acto de unos pocos, todos somos responsables de lo que pasa con nuestro país, por obra o por omisión. Todos somos seres políticos. Estamos hablando de representatividad y de credibilidad. ¿Quién es quién nos representa? y ¿Qué tanto le creemos? Para ello, volvemos a lo mismo. Hay que leer las propuestas que se tienen, los planes de gobierno, la capacidad que tiene cada candidato y cada partido para abordar los problemas de país, para analizar contextos y tomar decisiones. La política también se convierte en nuestra responsabilidad cuando nos damos cuenta que podemos pensar, reflexionar y tomar decisiones desde una buena información.

Y usted, ¿Sigue creyendo en las cadenas de WA? ¿Sigue enfrascado en comentarios sin fundamento y discusiones en redes sociales sin ninguna argumentación? ¿Realmente conoce que propone cada candidato o vota por quien le cae bien, o por las mentiras que aparecen en los medios de comunicación? ¿Realmente se piensa que estamos en Suiza? Un poco de cordura, un poco de análisis, la política también somos nosotros y es nuestro deber estar bien informados y tomar decisiones desde la razón, desde lo que necesita nuestro país y no desde la emoción, la mentira o la falta de ética que tiene nuestra política.

Con estas reflexiones hemos terminado este nuevo episodio. Cambiemos la política desde nuestra propia responsabilidad en informarnos, en exigir ética y transformaciones basadas en las necesidades de país. Síganme en @camaleonenojado en Instagram, en @AndrésNovoa en Facebook, escríbame a [email protected], suscribánse a los canales en Spotify, en google podcast, en Apple podcast o en podnation. Buena energía y buenas reflexiones para todos.

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