Febrero  2, 2022

La Verdad - Parte 2

En este episodio, abordaremos las marcas distintivas de La Verdad.

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Episode cover: La Verdad - Parte 2

00:00:00 - La entrega sin reflexión es fanatismo, la reflexión sin entrega es la parálisis de toda acción. Bienvenidos a la segunda parte de esta maravillosa serie. Permítame introducirme tema citando una frase de C. H. Spurgeon, la verdad es la realidad, es la forma en que las cosas realmente son, de manera que la verdad es lo que Dios dice que es.

00:00:38 - Me pareció pertinente y enriquecedor compartir algunos aspectos de un estudio del Dr. Stephen

00:00:43 - Lawson acerca de las marcas distintivas de la verdad. En principio, vamos a hablar de su origen, la verdad es de origen divino. Significa que se origina en Dios y no en el hombre, de manera que siempre será más relevante que lo que dicta el sistema, la cultura o el hombre. La verdad es una prerrogativa divina, la verdad es por definición exclusiva, excluyente y convocante. Dados su origen, representa la antítesis de la cosmovisión humana de la realidad. La verdad es absoluta. La verdad es la máxima autoridad en cada asunto, a pesar de los múltiples intentos por imponer la tendencia relativista en las creencias, valores y principios. Esta marca de la verdad produce un profundo consuelo al establecer contundentemente que su búsqueda sincera, apasionada y aptegada, siempre, siempre será exitosa.

00:01:44 - La verdad es subjetiva. Es decir, no es subjetiva. No se construye según la voluntad o el deseo de los hombres, en otras palabras, no se establece conforme al arbitrio de las concepciones idealistas de cada sujeto. Por el contrario, fija su carácter concreto. Ella se expresa en palabras que tienen significado específico y en consecuencia puede ser objetivamente estudiada e interpretada. La verdad es singular, no es contradictoria, es coherente y correspondiente, es como un hermoso tapí según las palabras textuales de Stephen Lawson en que todos sus siglos se entrelazan perfectamente como una obra maestra. La verdad es inmutable, nunca cambia, es transgeneracional, está más allá del tiempo en que vivimos, lo que era verdad hace dos mil años es verdad hoy en día y será verdad en cien años, lo que es correcto siempre lo ha sido, lo que es incorrecto siempre lo será. La verdad es constante, eterna nunca desactuarizada, su inutabilidad brille con gran fulgor en medio de un mundo en continuo cambio. La verdad es la piedra angular. La verdad es autoritativa. La verdad se arroga el derecho de comandar nuestras vidas. Por consiguiente, no sugiere, no insinúa ni recomienda.

es autoritativa per se, soberana y vinculante. La verdad es poderosa, atraviesa el intelecto, la conciencia y el corazón tiene poder para libertar en toda la extensión que esta expresión involucra. La verdad es determinante, toda vez que todo lo que establece se cumple ineludiblemente sin el más mínimo margen de error, en tal sentido o disfrutaremos de las consecuencias de buscarla, seguirla, amarla, anhelarla y doblegarnos ante ella o sufriremos los efectos por rechazarla y despreciarla.

00:03:59 - Finalmente, quisiera concluir con esta frase, saber que es verdad y creer que es verdad no es lo mismo, a menos que sea práctico.

animarlos a que profundicen más y más en este apasionante tema de la verdad. Hay perlas preciosas que están aguardando, solo para aquellos que tienen insaciable sed por ella.

En este episodio, abordaremos las marcas distintivas de La Verdad.

Bienvenidos a la segunda parte, de esta maravillosa serie. Permítanme introducirme al tema, citando una frase de C.H. Spurgeon: “La verdad es la realidad, es la forma en que las cosas realmente son; de manera que la verdad, es lo que Dios dice que es”.

Me pareció pertinente y enriquecedor, compartir algunos aspectos de un estudio del Dr. Steven Lawson, acerca de las marcas distintivas de La Verdad.

1. La verdad es de origen divino:

Significa, que se origina en Dios y no en el hombre; de manera, que siempre será más relevante, que lo que dicte el sistema, la cultura o el hombre. La Verdad es una prerrogativa divina. La verdad es por definición exclusiva, excluyente y convocante. Dado su origen, representa la antítesis de la cosmovisión humana de la realidad.

2. La verdad es absoluta

La verdad es la máxima autoridad en cada asunto, a pesar, de los múltiples intentos por imponer la tendencia relativista en las creencias, los valores y principios. Esta marca de la verdad, produce un profundo consuelo, al establecer contundentemente que su búsqueda sincera, apasionada y abnegada, siempre, siempre, será exitosa.

3. La verdad es objetiva

Es decir, no es subjetiva; no se construye según la voluntad o el deseo de los hombres; en otras palabras, no se establece conforme al arbitrio de las concepciones idealistas de cada sujeto; por el contrario, fija su caráter concreto. Ella se expresa en palabras, que tienen un significado específico; en consecuencia, puede ser objetivamente estudiada e interpretada.

4. La verdad es singular

No es contradictoria, es coherente y correspondiente; es como un hermoso tapíz, en que todos sus hilos se entrelazan perfectamente, como una obra maestra. (cita textual de Steven Lawson).

5. La verdad es inmutable

Nunca cambia, es transgeneracional; esta más allá del tiempo en que vivimos. Lo que era verdad hace dos mil años, es verdad hoy en día; y será verdad en cien años. Lo que es correcto, siempre lo ha sido; lo que es incorrecto, siempre lo será. La verdad es constante, es eterna, nunca desactualizada. Su inmutabilidad brilla con gran fulgor, en medio de un mundo en continuo cambio. La verdad es la piedra angular.

6. La verdad es autoritativa

La verdad se arroga el derecho de comandar nuestras vidas; por consiguiente, no sugiere, no insinúa, ni recomienda. Es autoritativa per se, soberana y vinculante.

7. La verdad es poderosa

Atraviesa el intelecto, la conciencia y el corazón. Tiene poder para libertar, en toda la extensión que esta expresión involucra.

8. La verdad es determinante

Toda vez, que todo lo que establece, se cumple ineludiblemente sin el más mínimo margen de error. En tal sentido, o disfrutaremos de las consecuencias de buscarla, seguirla, amarla, anhelarla y doblegarnos ante ella; o sufriremos los efectos por rechazarla y despreciarla.

Finalmente, quisiera concluir con esta frase: “Saber que es verdad y creer que es verdad, no es lo mismo; a menos que sea práctico”.

Quiero animarlos, a que profundicen más y más en este apasionante tema de la verdad. Hay perlas preciosas que están aguardando, solo para aquellos que tienen insaciable sed por ella.

Nuestro próximo episodio, “La Sana Doctrina”