Enero  24, 2022

La Verdad - Parte 1

Considero sumamente importante, para aproximarnos hacia el conocimiento de Dios, sus atributos, su esencia y naturaleza; introducir el tema de la verdad, con el fin presentarles un elemento de juicio, que representa un sine qua non, es decir, esa condición necesaria, para poder abordar esta doctrina fundamental.

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Considero sumamente importante, para aproximarnos hacia el conocimiento de Dios, sus atributos, su esencia y naturaleza; introducir el tema de la verdad, con el fin presentarles un elemento de juicio, que representa un sine qua non, es decir, esa condición necesaria, para poder abordar esta doctrina fundamental. ¡Bienvenidos!

Bienvenidos a este podcast, que he llamado: Al Dios no Conocido, un título que no es de mi autoría. Fueron los atenienses del siglo I, sus autores originales; y para ser más exactos, el libro de los Hechos: 17:16-34, registra la visita del apóstol Pablo a la ciudad de Atenas y su recorrido por los lugares de adoración de esta; entonces, halla un altar con la inscripción: Al Dios No Conocido, y con ocasión de este evento, presenta en el areópago una admirable teodicea.

Considero sumamente importante, para aproximarnos hacia el conocimiento de Dios, sus atributos, su esencia y naturaleza; introducir el tema de la verdad, con el fin presentarles un elemento de juicio, que representa un sine qua non, es decir, esa condición necesaria, para poder abordar esta doctrina fundamental. ¡Bienvenidos!

No hay escenario hoy en día, donde las referencias a “la verdad” no formen parte del discurso. ¿Cuántas declaraciones y juramentos que intenso frenesí reclaman ser “la verdad”, se escuchan en ámbitos tan variados; que no dejan subyacente ningún área de nuestra humana experiencia. Ahora, lo interesante de todo esto, es que en la inmensa mayoría de los casos, no es más que retórica repulsiva, barata e incongruente. Sé que suena bastante fuerte, pero, ¿Qué podemos decir de lo que sucede en los tribunales, la política, la ciencia, la economía, los medios de comunicación? Sectores donde la falta de verdad  se ha hecho escandalosamente patente. Permítanme explicarles ¿Qué me lleva a pensar de este modo? Pues, Además de la evidencia (de lo que hablaré mas adelante), está la enfática declaración de esta sociedad post-moderna, que se jacta de abrazar el Relativismo, como su más cómoda filosofía. 

Lamentablemente, la iglesia no ha sido ajena a esta realidad; la declaración de Pablo en 1 Tim. 3:15 de ser “la columna y baluarte de la verdad”, representa un extraordinario privilegio  y una ineludible responsabilidad; pero, en estos postreros días su descuido es profundamente desolador. No hay púlpito en la actualidad que no promulgue ser heraldo de la “Sana Doctrina” y de “La Verdad”; y más preocupante aún, es ver como multitudes de gentes basados en esa expresión, son persuadidos y engañados hasta el punto de tranquilizar y cauterizar sus conciencias hasta la muerte. (Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas 2 Tim. 4:3-4)

Ahora, muy seguramente estarán surgiendo muchos interrogantes, como éstos:

1.    ¿Qué es la “Verdad” y “Sana Doctrina”?

2.    ¿Por qué existe está necesidad de insistir en tener “Sana Doctrina”?

3.    ¿Cómo discernir la “Sana Doctrina”?

4.    ¿Qué debo hacer frente a la deficiencias en la “Sana Doctrina”? 

Y para responder adecuadamente estas inquietudes, debemos apelar a la única fuente autorizada por el Autor de la “Sana Doctrina y de La Verdad”, a saber: Las Sagradas Escrituras o La Biblia.

Abordaremos las dos primeras preguntas, ¿qué es la Sana Doctrina y la Verdad, y por qué existe está necesidad de insistir en tenerlas?

El apóstol Juan registra en su evangelio, una conversación entre el Señor Jesús y Poncio Pilato, en horas previas a la crucifixión: “Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad?” Jn. 18:37-38. Una maravillosa pregunta que goza de una extraordinaria vigencia hoy en día, que solo es equiparable con la incapacidad para responderla de manera categórica. Aquí, claramente Pilatos hace una pregunta retórica; no hubo en él interés por escuchar la respuesta, del único que con autoridad podía dársela. 

La verdad, está invariablemente fuera del alcance de nuestras manos; que ni aún las mentes más brillantes pueden atribuirse su posesión; pero, si hubiese el más mínimo resplandor en la mente humana, su constante súplica sería, no la de poseer la verdad, sino ser poseída por ella.

Dios estableció desde antes de fundación del mundo y de crear al hombre en el jardín del Edén, que sus criaturas experimentarían  la libertad mediante el conocimiento de la verdad y su observancia a ella; es decir, mediante el sometimiento irrestricto a toda palabra que sale de la boca de Dios; de tal manera, que la libertad plena es directamente proporcional a la obediencia a la verdad de Dios. Cuando Él dijo: “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. Génesis 2:16-17.Sabemos, por el relato bíblico, que el hombre renunció a la libertad de Cristo, cuando desatendió la advertencia divina; y en su desobediencia, abrazó la esclavitud al pecado y a la tiranía de las tinieblas; con todas las consecuencias que Dios mismo había anunciado que le sobrevendrían. 

Conocer a Cristo es conocer la Verdad, es el camino a la libertad. "Conoceréis la verdad, y la verdad os verdaderamente libres".

Respecto a la verdad entonces, permítanme presentarles esta expresión: La verdad es el conjunto de todo el consejo de Dios, expresado a través de las líneas de las Sagradas Escrituras, e interpretadas bajo la dirección del Espíritu Santo, en perfecta armonía, coherencia y correspondencia. Por lo tanto, la Verdad es Biblio-céntrica,Teo-céntrica y  Cristo-céntrica.

El evangelio de Juan en el capítulo14, verso 6; registra una asombrosa afirmación del Señor Jesús, cuando dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Al dar un vistazo por la historia antigua y reciente; no he encontré que alguien se haya referido a la verdad en esos tan singulares términos: “Yo soy la verdad”, que profundidad de riqueza hay en esta declaración. Y me maravillo aún más, al saber que no solo Él lo dijo, sino que con su vida y hechos, más alla de toda duda, lo demostró.

Próximo capítulo: Las condiciones de la verdad