Febrero  19, 2022

La Sana Doctrina - Parte II

El objetivo de este episodio, es brindarles algunos elementos que contribuyan a minimizar al máximo, la posibilidad de ser engañados y desviados de las “sanas palabras”.

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Episode cover: La Sana Doctrina - Parte II

00:00:00 - La entrega sin reflexión es fanatismo, la reflexión sin entrega es la parálisis de toda acción. Bienvenidos, esto es Elemental, una producción de Invictus.

00:00:18 - Bienvenidos de nuevo a este podcast. En los episodios anteriores hemos visto la importancia capital que reviste no solo la necesidad sino la búsqueda y el conocimiento de la verdad. Nuestro tema principal es el conocimiento de Dios, es decir, todo lo conserviente a Él, desde su esencia, su naturaleza, sus atributos, sus obras, su revelación, etc. La verdad acerca de Dios es indiscutiblemente fundamental para entender el propósito y la misión, conceptos que explican y sustentan nuestra existencia. Ahora bien, si la doctrina no es saludable, el conocimiento de Dios tampoco lo será. Es así como conectamos la necesidad de la verdad con la necesidad de la sanadoctrina. Quizás en este momento puedan surgir algunas inquietudes como estas. ¿Cómo puedo distinguir la sanadoctrina de la falsa enseñanza? ¿Necesito ser un sobresaliente teólogo para saberlo? ¿Qué impedios están a mi alcance para discernirla?

00:01:16 - El objetivo de este episodio es brindarles algunos elementos que contribuyan a minimizar al máximo la posibilidad de ser engañados y desviados de las sanas palabras.

00:01:28 - Vamos a empezar con el abordaje de tres rasgos distintivos, irrebatibles e imprescindibles, es más, podemos considerarlos la piedra angular al momento de discernir la sala doctrina.

00:01:40 - Estos son, primero, la sala doctrina es teocéntrica, segundo, la sala doctrina es biblio céntrica y tercero la sala doctrina es cristocéntrica.

00:01:53 - Mi intención al enumerar estas características es ir más allá de la obviedad de cada expresión para adentrarnos en su practicidad en la vida y en la experiencia del creyente.

00:02:05 - Primero la sala doctrina es deocéntrica.

00:02:09 - En el contexto de la enseñanza o la predicación este rasgo nos indica que la doctrina debe estar centrada en la persona de Dios Padre, en la cual su gloria sea expuesta a la altura de la grandeza del Señor, en plena dependencia de Él otorgándole el honor debido a su nombre reconociendo su soberanía y el cumplimiento estricto de su precepto, junto con la afirmación de su irrevocable propósito eterno. El Señor Jesucristo hizo esta afirmación en Juan 1726 y les he dado a conocer tu nombre y lo daré a conocer aún para que el amor con que me has amado esté en ellos y yo en ellos.

00:02:52 - En consecuencia, este enfoque expositivo produce en el creyente profunda confianza en Dios, en la seguridad en sus promesas, en la fidelidad y firmeza de sus planes.

00:03:02 - Suscita esa paz que sobrepasa todo cuanto en nuestra mente puede entender.

00:03:07 - Isaías 5511 dice, así será mi palabra que sale de mi boca, dice el Señor, no volverá a mi vacía, sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en aquello para que le envíe.

00:03:18 - Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera mi camino, salmo 119-105, me postraré hacia tu santo templo y alabaré tu nombre por tu misericordia y por tu fidelidad, porque hacen grandecido tu nombre y tu palabra sobre todas las cosas. Salmos 138-2.

00:03:37 - Porque Jehová da la sabiduría y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. Él provee de sanas sabidurías los rectos, ese escudo a los que caminan rectamente. Proverbios 2-6.

00:03:49 - Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedí todo lo que queréis y y o será hecho Juan 157 y por último quiero que veamos Juan 663 dice las palabras que yo se ha hablado son espíritu y son vida. Estas son sólo algunas de esas pruebas incontrovertibles que la Biblia nos ofrece para afirmar que esta condición es imprescindible en la exposición de la sala doctrina. En este punto goza de vital importancia entender que la responsabilidad sobre nuestra salud espiritual, toma un lugar destacado. ¿Pero de qué manera? Cuando somos expuestos a la predicación o a la enseñanza, en donde el gran ausente es Dios, o las referencias acerca de Él son triviales y frívolas, la alarma debe encenderse, debemos sospechar abiertamente porque podrá hacer cualquier cosa, pero no sanadoctrina. Es más, históricamente esto suele ser el semillero de elejías, blasfemias, sectarismos, falsos maestros y engañadores.

00:04:48 - Carta de Pablo Timoteo en el capítulo 4 de los versículos 2 al 6 dice,

00:04:53 - Tú, anuncia el mensaje de Dios en todo tiempo.

00:04:56 - Anúncialo aunque ese momento no parezca ser el mejor.

00:05:00 - Muéstrale a la gente sus errores, corríjela y animala, instruyela con mucha paciencia, porque llegará el día en que la gente no querrá oír la buena enseñanza.

00:05:10 - Al contrario, querrá escuchar enseñanzas diferentes, porque por eso buscará maestros que le digan lo que quieren oír.

00:05:18 - La gente no escuchará la verdadera enseñanza, sino que prestará atención a toda clase de cuentos y fábulas. Pero tu timoteo, manténla calma en todo tiempo, soporta los sufrimientos y anuncia siempre la buena noticia. Haz bien tu trabajo.

00:05:32 - En nuestro próximo episodio, atenderemos los otros dos rasgos que anunciamos al principio.

00:05:37 - La sana doctrina es bilocéntrica, la sana doctrina es cristo-céntrica. Hasta la próxima.


En los episodios anteriores, hemos visto la importancia capital que reviste no solo la necesidad, sino la búsqueda y el conocimiento de la verdad.

Nuestro tema principal es el conocimiento de Dios; es decir, todo lo concerniente a Él, desde su esencia, su naturaleza, sus atributos, sus obras, su revelación, etc.

La verdad acerca de Dios, es indiscutiblemente fundamental para entender el propósito y la misión; conceptos que explican y sustentan nuestra existencia; ahora bien, si la doctrina no es saludable, el conocimiento de Dios tampoco lo será. Es así como conectamos, la necesidad de la verdad, con la necesidad de la sana doctrina.

Quizás en este momento puedan surgir algunas inquietudes como estas:

¿Cómo puedo distinguir la sana doctrina de la falsa enseñanza?

¿Necesito ser un sobresaliente teólogo para saberlo?

¿Qué medios están a mi alcance para discernirla?

El objetivo de este episodio, es brindarles algunos elementos que contribuyan a minimizar al máximo, la posibilidad de ser engañados y desviados de las “sanas palabras”.

Vamos a empezar con el abordaje de tres rasgos distintivos, irrebatibles e imprescindibles; es más, podemos considerarlos la piedra angular, al momento de discernir la sana doctrina; estos son:

1. La sana doctrina es Teo-céntrica.

2. La sana doctrina es Biblio-céntrica.

3. La Sana doctrina es Cristo-céntrica.

Y mi intención al enumerar estas características, es ir más allá de la obviedad cada expresión, para adentrarnos en su practicidad en la vida y experiencia del creyente.

1. La sana doctrina es Teo-céntrica.

En el contexto de la enseñanza o la predicación; este rasgo nos indica que la doctrina debe estar centrada en la persona de Dios Padre, en la cual Su gloria sea expuesta a la altura de la grandeza del Señor; en plena dependencia de Él, otorgándole el honor debido a Su nombre, reconociendo su soberanía y el cumplimiento estricto de su precepto, junto con la afirmación de su irrevocable propósito eterno.

El señor Jesucristo hizo esta afirmación en Juan17:26: “Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.

En consecuencia, este enfoque expositivo, produce en el creyente profunda confianza en Dios, en la seguridad en sus promesas, en la fidelidad y firmeza de sus planes; suscita esa paz que sobrepasa todo cuanto nuestra mente puede entender, ancla el corazón y el alma al consuelo, que es semejante al bálsamo que alivia, sin importar las circunstancias en las que nos hallemos.

• Así será mi palabra que sale de mi boca, dice el Señor; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. (Isaías 55:11)

• Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino. Salmo (119:105).

• Me postraré hacia tu santo templo, y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad; Porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas. (Salmo 138:2).

• Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la Inteligencia. Él provee de sana sabiduría a los rectos; Es escudo a los que caminan rectamente. (Proverbios 2:6).

• Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. (Juan 15:7).

• Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. (Juan 6:63).

Estas son solo algunas de esas pruebas incontrovertibles que la biblia nos ofrece, para afirmar que esta condición es imprescindible en la exposición de la Sana Doctrina.

En este punto, goza de vital importancia entender que la responsabilidad sobre nuestra salud espiritual toma un lugar destacado. Pero, ¿De qué manera?

Cuando somos expuestos a la predicación o la enseñanza, en donde el gran ausente es Dios; o las referencias acerca de Él son tan triviales y frívolas; la alarma debe encenderse, debemos sospechar abiertamente; porque podrá ser cualquier cosa, pero no Sana Doctrina. Es más, históricamente esto suele ser el semillero de herejías, blasfemias y sectarismos, falsos maestros y engañadores.

(2 Tim. 4:2-6) “Tú anuncia el mensaje de Dios en todo momento. Anúncialo, aunque ese momento no parezca ser el mejor. Muéstrale a la gente sus errores, corrígela y anímala; instrúyela con mucha paciencia. 3 Porque llegará el día en que la gente no querrá escuchar la buena enseñanza. Al contrario, querrá oír enseñanzas diferentes. Por eso buscará maestros que le digan lo que quiere oír. 4 La gente no escuchará la verdadera enseñanza, sino que prestará atención a toda clase de cuentos. 5 Pero tú, Timoteo, mantén la calma en todo momento, soporta los sufrimientos y anuncia siempre la buena noticia. Haz bien tu trabajo.”

En nuestro próximo episodio, atenderemos los otros dos rasgos que anunciamos al principio:

1. La sana doctrina es Biblio-céntrica.

2. La Sana doctrina es Cristo-céntrica.

Hasta la próxima…